Zujaira dedica un parque a Federico García Lorca que servirá para recordarle y tener siempre presente como estos paisajes inspiraron parte de su obra literaria.
Prueba de la estrecha relación que el insigne poeta mantuvo con nuestra Vega son las numerosas cartas y escritos de juventud que firmaba con las señas de «Vega de Zujaira» o «Apeadero de San Pascual».
El padre de Lorca conoció esta zona en una época bastante próspera, ya que la fábrica de San Pascual, dedicada a la transformación de la remolacha azucarera, fue propiedad de la familia.

En el llamado pago de la «Vega de Zujaira», Federico García adquirió una finca grande que limitaba con el apeadero del ferrocarril de San Pascual.
Allí construyó un pequeño cortijo conocido como cortijo de la Gariba o cortijo de Cuesta de Ajea, que hoy día ya no existe, donde vivía el guarda con su familia y que al poeta le gustaba visitar interesado por los relatos y cuentos narrados en especial por la abuela de la familia, una mujer sabia.
El Apeadero de «San Pascual», que estaba situado dentro de la línea de ferrocarril de Granada – Bobadilla y que tomó su nombre de la fábrica de remolachas cercana, era donde Lorca tomaba el tren cuando venía de la fábrica o de Valderrubio para ir a Granada, o viceversa, en su época de vecino, estudiante o cuando se encontraba de vacaciones.

